Muchos jóvenes piensan, aunque también algunos adultos, que estudiar no tiene ningún tipo de beneficio ni garantiza un puesto de trabajo, dado los tiempos que corren ahora. Los adolescentes que se encuentran en la etapa secundaria obligatoria piensan: ¿para qué estudiar si luego no encontraré trabajo? Y es que es verdad que con la crisis no hay las mismas garantías de encontrar trabajo que había antes, pero aquí surge la primera cuestión: ¿debemos quedarnos en casa o estudiar para mantener nuestra mente despierta? La respuesta es estudiar, pues así algunos estudios científicos lo demuestran.
Según asegura una investigación realizada por la Fundación Jaume Bofill y los datos que se pueden extraer del estudio PIAAC (Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de los Adultos) que realiza anualmente la OCDE, si los adultos no mantienen activa su mente pueden llegar a perder aquellas competencias adquiridas con anterioridad. Por eso es importante que la sociedad no se ‘acomode en el sofá’ y realice actividades que agilicen su cerebro, como visitar un museo, ir al cine, visitar monumentos de una ciudad, calcular el cambio de la compra sin utilizar la calculadora, ver programas, documentales y películas enriquecedoras, etc.
Pero hay gente que se pregunta ¿por qué si estudio una carrera luego no consigo trabajo de ello? Las respuesta es que estudiar sin más no garantiza un puesto de trabajo, y menos en los tiempos de recesión, sino que se debe ir más allá. En la sociedad actual disponemos de mucha información y conocimiento que podemos tener a nuestro alcance con solo un ‘clic’ y luego al cabo de una semana, incluso diría días, esa información o conocimiento ya está caducada. Es por eso que únicamente el conocimiento que proporciona la universidad no es garantía de nada, sino que también actúan las aptitudes, habilidades y destrezas que se tengan en relación a aquel ámbito profesional. Es decir, es importante aprovechar todas las competencias adquiridas durante el desarrollo personal, social, laboral y académico para favorecer las posibilidades de encontrar trabajo, y no sólo eso, sino encontrar una cierta estabilidad.
La juventud debe saber que únicamente con estudiar no basta, sino que debes sacar todo de ti y mantener activa tu mente, realizando actividades que favorezcan el trabajo en equipo, la socialización y comunicación, el trabajo con las nuevas tecnologías, la innovación, etc.
Por último, otro estudio realizado por la misma Fundación afirma que, según el análisis de las encuestas realizadas a alumnos entre edades de 12 a 16 años, aproximadamente un 15% más de chavales, comparándolo con el mismo estudio de años anteriores, piensa que abandonar los estudios es negativo y prefiere seguir estudiando. Podríamos decir que es un dato esperanzador, aunque desde las escuelas se debe influir en la disminución del preocupante absentismo escolar que tiene España.
En definitiva, estudiar comporta muchos beneficios, ya que permite la adquisición de competencias que ayudaran a la persona a desarrollarse en muchos ámbitos, incluyendo el laboral. Por tanto, es importante formarse ya que despertamos y movemos las neuronas, siendo capaces de enfrentarnos a cualquier desafío que nos proponga la vida.